El llamado eficaz de Dios



El llamado eficaz de Dios
¿Cuándo éramos niños, cuantas veces nos tenía que llamar nuestra mamá o papá para presentarnos delante de la presencia de ellos y nos dieran una orden? En algunos de nosotros quizás una sola vez, o dos o hasta más. Creo que hay una respuesta común al llamado de los padres entre los niños y jóvenes: “ya voy”. Y ese “ya voy” dura hasta media o una hora. Lo digo por experiencia propia y porque lo he visto en el transcurso de mi vida con otras personas.
Todo esto que les acaba de decir es para presentar la teoría de que los llamados de nosotros los seres humanos para con otros seres humanos, no siempre son eficaces. Nuestros padres o familiares nos pudieron haber hecho hasta cinco llamados, los maestros en la escuela igual, y que decir de un desconocido en la calle, fijo pensamos que es para asaltarnos o algo así. Pero con Dios es diferente. Hay un llamado, existe un llamado de Dios que no falla, que es irresistible y que aunque no queramos acatarlo, lo vamos a obedecer. Vamos a ver cuál es ese llamado.

El llamado de Dios
Existe un llamado de Dios que es eficaz sí o sí, ese llamado se cumple sin importar a quien o que sea, esa orden o llamado se va a cumplir. Por ejemplo:

“Y dijo Dios: ¡Que haya luz! Y hubo luz.”(Génesis 1.3) 

Sé que se va a leer un poco chistoso, pero es que es la verdad. Cuando Dios ordena que haya luz, la luz no respondió: “¿Y que si no quiero existir?” o “Ahora más tarde Dios, ahorita no”. Y así lo podemos ver también génesis cuando Dios creo a los animales según su género, las plantas, a los seres humanos, así en toda su creación. Ningún león reclamo diciendo que no quería existir, el ser humano no tuvo opción de decir que no quería nacer del polvo de la tierra, Dios dio la orden y listo, así fue hecho.
En el nuevo testamento tenemos el ejemplo de Lázaro:

“Lázaro, ven fuera” (Juan 11.43) 

Toda la historia de la muerte y resurrección de Lázaro es hermosa, demasiado llena de amor y poder. Cuando llegamos a este versículo donde Dios le hace el llamado a Lázaro, es el clímax de la historia, a muchos se nos parte el corazón de gozo, felicidad y, quizás a otros nos dé un sentimiento de temor y temblor para con tan grande poder y majestad divina de Jesucristo. Uff, sin palabras. Bueno, lo que quiero resaltar en este pasaje es el llamado eficaz de Dios para con Lázaro. Una vez más el llamado no fue refutado. Jesús que es Dios, le dio una orden a Lázaro que estaba muerto, y sin importar que el cuerpo estaba descompuesto, el alma ya no estaba en el cuerpo, aun así, el alma volvió al cuerpo, su organismo y cerebro cobraron vida natural-temporal nuevamente. Lázaro no le dijo a Jesús que no quería, que estaba muy feliz escuchando las historias de Abraham o que estaba cantando alabanzas con David, que mejor otro día lo resucitara, no, Lázaro no tuvo opción, simplemente resucito y ya. Es así de sencillo y fácil, no hubo resistencia oposición o reclamo, nada más salió de la cueva caminando con vendas en todo lado. Es más, ni se sentó a reflexionar o analizar qué había pasado, nada de eso, Lázaro salió, hizo lo que Dios le ordeno, Lázaro estaba muerto y para poder salir de la cueva que fue la orden que Dios le dio, tenía que resucitar, y eso fue precisamente lo que paso para que se hubiera podido dar la obediencia a la orden y llamado de Dios. Un llamado eficaz de Dios.
Pero no solo existen estos tipos de llamados eficaces de Dios. También está el llamado eficaz de Dios en el ámbito espiritual a todos los que él va a adoptar como sus hijos.

El llamado de Dios a ser hijos
Este llamado es el más importante de los llamados de Dios que voy a  mencionar en este artículo, de hecho es el motivo del artículo. Este es un llamado interno al alma muerta de cada ser humano que él escoge salvar. Vamos a la Palabra para ver ese llamado:

“Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él.” (Romanos 8.30)

El orden de la obra de Dios para salvación en los seres humanos que él llama, es primero la elección divina, después de Dios haber elegido desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1.4), cuando llega la hora indicada, el tiempo correcto y el preciso momento, entonces Dios hace el llamado. No se le pasa un segundo, o unos minutos, o quizás se le olvida hacer el llamado, no no no. Dios es exacto. Como dije anteriormente, es un llamado interno, al alma muerta del ser humano (Efesios 2.1). Cuando Dios realiza el llamado, es un llamado eficaz, ningún ser humano puede rechazar ese llamado, es un llamado que conlleva vida espiritual, es un llamado donde a la persona que se lo hace, el alma deja de estar en un estado de muerte en pecado y nace de nuevo (Juan 3.1-8). De esta manera inicia el proceso de creer en Cristo Jesús como salvador y poner la fe en él. Si en algún momento hemos estado esperando la llamada, visita o el contacto con alguien, les digo que no existe un llamado como el de Dios, no hay comparación, y una vez más lo digo, nadie puede resistirse, nadie. Este llamado eficaz se da después de lo que es la elección divina. El orden de estos acontecimientos es de suma importancia que los sepamos para poder comprender como obra Dios y lo que nos ha permitido ver en su Palabra.

Conclusión
Si has leído este artículo, es muy probable que Dios ya te haya hecho el llamado hace algún tiempo y no sabías que era en si lo que había pasado, o quizás fue hace poco que iniciaste a sentir internamente algunas incomodidades o algo que te está haciendo ver las cosas de manera diferente, Dios te llamo, hizo nacer de nuevo, te regenero y dio nueva vida, ahora lo que debes empezar a hacer es a crecer en Cristo, leyendo, estudiando la Palabra y teniendo tiempos de oración. Pero si crees que aun no eres hijo o hija de Dios, te aseguro que Dios te ha puesto a leer este articulo porque quiere que conozcas de él, y sepas que sin Jesús no hay esperanza de vida para nuestra alma, que estamos destinados al infierno, pero si creemos en Cristo para perdón de nuestros pecados y salvación, él nos perdona.

El próximo tema será “el nuevo nacimiento”, va a estar muy edificante e interesante.

¡Que Dios te bendiga en esta semana!

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