La condenación del ser humano
La
condenación
Este tema es la otra cara de la moneda en lo que es la
predestinación, esta es la parte negativa.
Recomiendo leer el artículo anterior, antes de iniciar
con este. Igual, como gustes.
En el post pasado trate la predestinación un poco
general pero dándole más énfasis a lo que fue la salvación, en este tratare de
explicar con la Palabra lo que es la predestinación pero del lado opuesto, que
es la condenación del ser humano, y como Dios también predestina a las personas
en ese ámbito.
La predestinación es doble, tiene dos facetas, con eso
podemos empezar a desarrollar el tópico. Y también es importante entender cómo
es que la predestinación es doble, para evitar confusiones. Aquí es donde
iniciare a excavar.
¿Cómo
entender la doble predestinación?
Entender las dos partes de la predestinación es
importante para poder comprender a Dios en el área de la salvación. Muchas personas dicen que la condenación del ser humano es
responsabilidad de Dios al existir la predestinación para salvación (Dios escoge a quien salvar), o sea, que
Dios también escoge a personas específicamente para que se pierdan y sean
condenadas. Muchas personas creen que Dios obra el mal en el corazón de las
personas e impide que lleguen a la fe para salvación, esto haría a Dios
culpable de la eternidad de las personas en el infierno, y esto no es así,
porque las Escrituras claramente dicen que el ser humano es totalmente
responsable de su destino desde que nace (el pecado original) y es responsable
de cada obra que hace en el planeta tierra mientras vive. Entonces podemos
decir de manera rotunda que Dios no escoge a nadie para que se pierda. Dicho
esto, entonces, ¿cómo es que la condenación cabe dentro de la doctrina de la
predestinación?
La
predestinación para condenación
Voy a decir que Dios obra de manera soberana en la
predestinación para salvación del creyente, pero no podemos decir que Dios obra de
manera soberana en la condenación de los perdidos, o sea que Dios escoge quien
se pierde, la Palabra nos enseña que:
“Cambiaron
la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados
antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén. Por tanto Dios los entrego a pasiones
vergonzosas.” (Romanos 1.25-26)
En griego la palabra “entrego” en el versículo anterior
es “paradídomi”, que significa: ceder, rendir, confiar. Lo que quiere
decir ese texto es que Dios debido a la maldad de los seres humanos que prefirieron la mentira y no la verdad,
entonces Dios permite que escojan libremente lo que quieran hacer, permitiendo
que escojan el mal, lo que la carne les dicte. Por ende, Dios no los obligo a
tomar esas decisiones, Dios no los insto a hacer el mal, Dios no les puso la
maldad en el corazón para que pecaran, Él solo les cedió la libertad de ser
malos y que le dieran la espalda.
Resumiendo este apartado, sencillamente es que Dios
obra castigando en la condenación al ser humano, pero Él no los escoge, ese es
el destino que se merecen. Los condena pero no porque Él los escogió, sino por
las obras y actos pecaminosos del ser humano mismo.
Ahora que explique cómo es que funciona la
predestinación para condenación, pasare a dar dos ejemplos bíblicos de lo que
es la predestinación para condenación.
Caso
# 1 - El Faraón
La Biblia dice:
“Y yo endureceré el
corazón de Faraón” (Éxodo 7.3)
¿De qué manera Dios endureció el
corazón de Faraón?
El contexto de este versículo nos habla de que Dios
quería sacar al pueblo de Israel de Egipto, pero el Faraón se negaba a dejar
salir a los israelitas. Cuándo Dios dice que va a endurecer el corazón del
Faraón lo que la mayoría de comentaristas opinan es que Dios está haciendo lo
mismo que vimos en Romanos 1.26, y es que debido a la maldad del corazón de
Faraón, simplemente Dios permitió que cada vez rechazara y rechazara la
voluntad divina, produciendo este rechazo como resultado, el endurecimiento del
corazón. Y eso lo vemos día a día en la actualidad, millones de personas le dan
la espalda a Dios, diciendo que Dios no existe, que Dios es malo, que Dios es
falso y es un fantasma en la mente. Este tipo de personas conforme rechazan a
Dios y deciden escoger la maldad, la mentira y el engaño antes que a Dios, el
corazón se les endurece más y más, hasta el punto de que como faraón, ignoran
la revelación de Dios en la naturaleza, conciencia y la Palabra cuando alguien
les comparte el Evangelio. Este endurecimiento no es Dios quien lo provoca o
emite, es la naturaleza del corazón malvado y caído del ser humano, Dios solo
pasa por alto las decisiones de las personas y deja que vivan a como quieran,
claro, les espera el juicio final.
Caso
#2 – Jacob y Esaú
La Biblia nos dice que:
“A
Jacob amé, más a Esaú aborrecí.”
(Romanos 9.13)
Este versículo nos da el panorama de la situación por
ambos lados. Primeramente dice que Dios escogió amar a Jacob, pero decidió
aborrecer a Esaú. ¿Cómo se come eso? Diríamos popularmente. Bueno, muy fácil.
Como lo vimos en el post anterior, Dios decide soberanamente a quien
predestinar para salvación y a quien no. Este es un caso muy rico bíblicamente
hablando para ilustrar eso. Ahora vamos con la otra cara de la moneda. ¿Qué
quiere decir que Dios aborreció a Esaú? Es sencillo cuando lo vemos bajo los
lentes de todo lo que ya hemos estudiado, y es que el ser humano es pecador de
nacimiento, el ser humano merece ir al infierno, pero Dios es tan bueno y
amoroso que mando a su Hijo a llevar el castigo por los que Él iba a escoger, y
esa escogencia es obra de Dios enteramente, no hay obras humanas involucradas.
Y la escogencia de unos y no de otros no hace a Dios injusto, porque lo justo
sería que todos fuéramos al infierno como consecuencia de nuestro pecado.
Repasados estos aspectos digo que el aborrecimiento de Dios hacia Esaú es la
reacción natural hacia cualquier pecador, porque un pecador nada bueno tiene
que ofrecerle a Dios, solamente ofensas, ofensas y más ofensas. De esa manera
Dios aborreció a Esaú, como aborrece y odia al pecado y a cualquier pecador que
Él no regenera y da nueva vida.
Conclusión
Sé que este tema fue un poco complicado y no el más fácil
de entender, pero
se resume en que Dios sabe de antemano quienes seran condenados, el destino de los pecadores no regenerados, y ese destino es el
infierno, pero esa condenación no es culpa de Dios, sino del pecado de cada
persona. Dios no escoge a quien condenar, pero si a quien salvar. La pregunta
puede ser ¿Por qué Dios salva a unos y a otros no? Bíblicamente la respuesta es
porque Él tiene un plan maestro y hace todo con propósito, pero para nuestra
capacidad finita mental, creo que no hay respuesta que podamos comprender, ya
que solo Dios sabe los propósitos y planes para cada persona y el mundo.
Espero te haya sido de bendición este artículo. Recuerda
leer mucho la Palabra y meditar en ella en oración.
La próxima semana también será un tema hermoso con
respecto a la salvación.
¡Que Dios te bendiga!
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