La revelación general de Dios y sus dos tipos



Revelación general mediata e inmediata

En el post anterior ¿Qué es la revelación de Dios?, mencione las dos revelaciones que existen: la revelación general y la revelación especial. La revelación general tiene dos tipos, la revelación general mediata y la revelación general inmediata.

El énfasis de este post es la revelación general, tratando de hacer la distinción entre los dos tipos que existen y la importancia de cada una.



Revelación general mediata

Cuando mencionamos la revelación general mediata, nos referimos a la revelación de Dios que ha sido transmitida a través de algo. O sea, existió o existe un medio, un canal por el cual está siendo revelada. Como cuando en los noticieros de la mañana presentan los sucesos más importantes del país y del mundo, lo que se está utilizando es la televisión. También por ejemplo los partidos de la Champions League que mueven millones de euros con solo una transmisión, y que a todos los que nos gusta el futbol frecuentamos ver cuando tenemos la oportunidad. El medio de comunicación de igual manera es la televisión.

En el caso de Dios y su revelación general, él no lo ha hecho por medio de la televisión. Dice la Biblia en el Salmo 19.1 que “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia las obras de sus manos”. Los cielos y el firmamento son elementos determinantes de la creación, y son mencionados desde el principio en la Biblia como muestra del poder y gloria de Dios (Génesis 1.1-31). No es que la naturaleza sea divina o tenga poder en sí, sino que ella revela, manifiesta y da testimonio de que Dios intervino para que pudiera existir. Tanta perfección en mares, cielos y tierra, deja sin palabras y sin explicación aun a la ciencia, de cómo pudo suceder tan majestuosa obra maestra apuntando a un caos cósmico. Todo lo que Dios creo revela su poder y su gloria.

Sin embargo la mayoría del tiempo no nos percatamos de la revelación divina que nos rodea, como en los amaneceres, atardeceres, fenómenos naturales y en todos los destellos de gloria en los cielos que Dios ordenó se manifestasen en diferentes épocas del año o días en específico. El ser humano ha perdido el tacto con la gloria de Dios en la creación, dándole importancia más a lo superficial, a lo plástico y pasajero, volviéndose ciego y sordo a tan inmensa manifestación.

La revelación general mediata se vuelve palpable y se puede percibir, solo cuando se es consciente de la gloria de Dios en la misma, ya que si el ser humano se resiste a ver a Dios en lo creado, endureciendo el corazón, dándole la gloria y los méritos a corrientes humanistas y filosóficas, va a ser casi imposible que pueda reconocer lo divino de Dios, y la luz nunca llegara aunque se esté viviendo dentro de la misma revelación, aunque se esté respirando esa revelación y aunque esa revelación brille más que el sol frente a nuestros ojos en un día de verano a las doce medio día.



Revelación general inmediata

Por otro lado cuando vemos la definición de revelación inmediata, la determinamos como la revelación que no necesita de un medio para ser manifestada, es la revelación que Dios puso innatamente en el ser humano, es ese sentimiento de la necesidad de adorar a alguien o algo para poder saciar el instinto de dependencia a un ser superior a nosotros y que dicho instinto muchas veces nos hace sentir culpables por las obras cometidas debido a nuestra naturaleza mala y pecaminosa con la que vivimos diariamente. Ese sentir de necesidad a depender de alguien más, lleva también a poner la mirada en uno mismo, en ponerse a uno como el propio dios, debido al ego y orgullo inmenso que vive en nuestro interior, y hay infinidades de religiones de ese tipo.

Dice la Palabra de Dios: “De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.” (Romanos 2.14-15)

Pero esa revelación innata e inmediata, Dios la da directamente a la mente de la persona, el libro de Romanos nos enseña que existe una ley grabada en los corazones de los seres humanos que da testimonio de Dios, a lo que se le llama conciencia, y que es un instinto que los mueve a hacer buenas obras y tratar de ser moralmente correctos delante de la sociedad, y no solo para hacer lo correcto, sino que también esa ley interna acusa al ser humano de cuando está haciendo algo indebido que merece un castigo. Ese instinto y ley en el corazón es nada más y nada menos que la esencia de la existencia de una Deidad, a la que los seres humanos le deben rendir cuentas y que no sabemos muchas veces cómo adorar.

El ser humano es religioso por naturaleza, existen miles de religiones en el mundo, estadística que demuestra que todas las culturas existentes atestiguan de la existencia de alguna deidad o ser superior y todopoderoso a la que necesitan rendir culto.

Todo ser humano en su interior es religioso.



¿Hacia dónde apunta la revelación general en sus dos tipos?

Tanto la revelación mediata y la inmediata apuntan a una dirección, y es hacia el cielo, al trono donde esta Jesucristo, que solo con abrir su boca creo todo el universo y lo que hay en el (Génesis 1.1-27), poniendo dentro de los seres humanos la conciencia de que hay un ser Supremo que es el dueño de todo, y que un día estaremos en su presencia no teniendo la posibilidad de decir que nunca se nos revelo, que nunca se nos mostró, que nunca supimos de Él porque entonces Dios nos dirá que por culpa del amor al mundo y las tinieblas que ofrece (Juan 3.19), estuvimos con los ojos vendados no queriendo ver la gloria de Él revelada por medio de la creación y la conciencia, rechazándolo así una y mil veces, acarreando el castigo eterno en el infierno.

Para concluir con el tema, quiero recalcar que cada parte de la creación de Dios, sean estrellas, planetas, sol, luna, agujeros negros, planeta tierra, naturaleza, animales, el ser humano, todo, todo, todo es para dar gloria a Dios, todo tiene la esencia divina impregnada en su interior y su exterior, todo tiene el sello del Arquitecto Celestial, tiene la marca, todo es propiedad de Jesucristo, aunque los seres humanos nos neguemos a creer en Dios, o creer y no vivir para él, aun así le pertenecemos al Creador y Soberano Dios.

Como dijo hace un tiempo atrás Abraham Kuyper: “No existe una pulgada cuadrada en todo el dominio de nuestra humana existencia sobre la cual Cristo, quien es soberano sobre todo, no grite, ¡Mía!”.

Habiendo aprendido sobre los dos tipos de revelación general que existen, en que consiste cada uno y su relevancia, en el siguiente post presentaré la revelación especial y lo determinante que es para la humanidad.

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