La conciencia del ser humano



La conciencia del ser humano
Con este tema voy a concluir con la serie de “La humanidad y la caída”. Quizás haga una pausa para lo próxima semana o quizás publique un tema independiente para cerrar el mes y arrancar en agosto si Dios quiere con la próxima serie, ahí te darás cuenta. Dicho eso, a lo que vinimos.
La conciencia, hablé sobre este tema por encima en uno de los primeros posts, cuando mencione la revelación inmediata, pero en este post lo abarcare de manera un poco más profunda.
Podemos decir de manera sencilla, que la conciencia es aquella voz que nos habla en nuestra mente sobre lo que es debido hacer o no es indebido. Esa voz es muchas veces representada por un muñeco rojo con cola y cachos hablando al oído de una persona, o bien, un muñeco blanco con alas. Pues no se está tan lejos de la realidad. Ya que la conciencia según la Biblia es una voz o pensamiento que nos dicta lo que está bien, lo que está mal y nos acusa cuando pecamos, teniendo como base el código moral que Dios puso en cada ser humano, todo esto en la mente. Citare la Palabra de Dios para respaldar lo que acaba de comentar:
“Aun los gentiles, que no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen la ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca nunca la hayan oído. Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o bien les indican que están haciendo lo correcto.” (Romanos 2.14-15)
Aquí el apóstol Pablo trae luz a la humanidad, para decirnos que desde que el ser humano fue creado, o sea desde el principio de los tiempos, ya los hombres y mujeres cuentan con estos pensamientos sobre lo que se debe y no se debe hacer.
Pero hay un problema con respecto a la conciencia, y es algo grave.

La conciencia puede ser opacada o puede dar luz
La conciencia se puede decir que es un arma de dos filos. El motivo es que la conciencia, aunque es la ley moral de Dios en el ser humano, puede ser opacada por el pecado. Cada vez que alguien comete un pecado repetidas veces, llega el momento en que ya ignora esa voz interna que le acusa de ese pecado y que le dice que está mal. De esta manera la conciencia es metida en un cajón como 5 metros bajo tierra, donde no se puede escuchar. De igual manera puede ser opacada por la cultura y leyes de los países. En tiempos como hoy, se puede decir que las leyes de los países en su mayoría, permiten el aborto, permiten que los menores de edad tengan una vida sexual activa, la pedofilia y un sin número de atrocidades. Este tipo de leyes hace que las personas crean que eso está bien, entonces mucho más fácil se les hace ignorar la voz de la conciencia y darle rienda suelta al pecado. Creo que la mayoría de nosotros hemos vivido esto, una lucha con un pecado, que gobernaba nuestra vida y era normal para nosotros y no era malo de tanto que lo cometíamos. Por ejemplo para los violadores, ya para ellos es normal y perdieron todo temor de Dios, poniendo un bozal sobre la boca de la conciencia.
Esto en la parte negativa, pero la conciencia puede dar luz y ser de demasiada ayuda para los cristianos e inclusive para toda la humanidad, solo que la condición es que esa conciencia sea dirigida por la Palabra de Dios. Cuando la conciencia es apagada por el pecado y no es alimentada por la Biblia, puede ser un desastre si nos dejamos llevar por lo que nos parezca que está bien o mal.  Para respaldar lo que digo sobre alimentar la conciencia con la Biblia, acudiré a un versículo muy clásico y poderoso:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.” (2 Timoteo 3.16)
Este versículo nos da el método de poder tener la conciencia bien brillante, caliente y viva, porque por más que la conciencia sea la ley de Dios en nuestras mentes, vivimos día a día en un mundo lleno de sensualidad, dinero fácil, corrientes filosóficas basadas en la mente humana y no en Dios, y todo eso hace que erremos en nuestro juicio para poder tomar decisiones correctas. Agregándole que nuestra naturaleza pecadora es engañosa y no digna de confianza (Jeremías 17.9)
Si no tenemos nuestra mente alimentada con la Biblia, nuestra conciencia va a ir perdiendo la luz y aparte de estar muertos espiritualmente si no estamos en Cristo, también nuestra conciencia va a estar muerta, dando como resultado un corazón endurecido y una vida más que independiente de Dios.
Para resumir lo que es la conciencia del ser humano diré que, la conciencia es una excelente guía solo cuando ha sido instruida e iluminada por la Biblia y que la conciencia es como una voz moral que está dentro de nosotros, acusándonos o excusándonos de nuestros actos. Siendo la conciencia, una bendición para la vida del ser humano, sobre todo para los hijos de Dios cuando es bien alimentada, pero siendo inservible cuando no existe la instrucción adecuada por la Palabra o se sepulta día con día por medio del pecado.

Resumen de la serie
Quiero dar un pequeño resumen de la serie “La humanidad y la caída”, ya que con este tema concluimos este camino de dos meses.
Existen muchos más temas de importancia en la caída del ser humano y el ser humano en sí, pero los que desarrolle, fueron los que considere debía publicar para poder ser de bendición a ustedes lectores y obviamente siempre soy bendecido en el proceso. Si no leíste uno de los artículos o solo los últimos, te insto a que los leas todos desde el primero de esta serie, para que le lleves el hilo de la secuencia y así puedas conectar cada tema con el otro.
Los temas de la humanidad y la caída de la humanidad son muy complejos, se necesita toda la vida para aprender al respecto, así como conocer a nuestro Señor. Sin embargo, en resumidas palabras, Dios creo al ser humano bueno y sin pecado, pero el mismo ser humano decidió hacerse independiente de Dios y adopto una naturaleza pecaminosa después de desobedecerle en el huerto de Edén, entrando el pecado y depravación total a todos los seres humanos que han nacido y van a seguir naciendo en la historia de la humanidad. Acarreando no solo una consecuencia inmediata, sino una eterna, y es la muerte eterna en el infierno, ese es el veredicto como consecuencia de la desobediencia. Pero Jesucristo llevo ese castigo hace poco más de dos mil años, y resucito, permitiendo de esa manera el perdón del pecado del ser humano y brindando por gracia una vida eterna conociéndole.
Que Dios te bendiga y sigas creciendo en Cristo.
Gracias por ir conmigo en este hermoso viaje de la Palabra de Dios.
Nos encontraremos nuevamente en el siguiente post

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