Creados a imagen de Dios



Repaso
En el post anterior postule que conocernos a nosotros mismos como criaturas nos va a llevar al conocimiento de Dios como creador, y el conocimiento de Dios como creador nos va a llevar a nuestra identidad. Esa identidad es lo que todo ser humano busca y siempre despierta preguntas en nuestra mente cuando no sabemos quiénes somos, no sabemos nuestros propósitos de vida y cuál es nuestro fin.
La Biblia enseña que somos criaturas de Dios, y que por ser criaturas, o sea, creación de Alguien más, un Ser inteligente. Alguien con tal poder de creación que pasamos a pertenecer a ese Alguien que es Dios. Y no solo le pertenecemos, sino que también Él nos hizo a su imagen, pero, ¿qué es ser creados a imagen de Dios?

Creados a imagen de Dios
El ser humano es la corona de la creación de Dios, es la cereza en el pastel de todo el trabajo de seis días. En el sexto día Dios creo al ser encargado de gobernar justamente sobre el planeta tierra.
“Así que Dios creo a los seres humanos a su propia imagen” (Génesis 1.27)
Cuando una persona se pone de pie frente a un espejo, lo que ve es la propia imagen, ve las fracciones propias de la cara, los ojos, la nariz, las orejas, el pelo, todo, pero es lo propio de esa persona, no ve los ojos o las orejas del vecino, por supuesto.
Eso mismo es lo que el libro de Génesis quiere decir en el capítulo 1 y versículo 27 cuando dice que somos creados a la imagen de Dios.
Por medio de cada uno de nosotros, no por nuestro físico, sino por nuestra conducta, es que podemos reflejar a Dios, ya que Dios es un ser con moral e inteligencia, así mismo nos creó a nosotros, seres con la capacidad de entender lo moral y razonar para poder tomar las mejores decisiones en la vida. Con todo esto quiero decir que nosotros, el hombre y la mujer, tenemos el deber de reflejar a Dios. Tenemos el deber de ser la carta de presentación de Dios donde sea que estemos y con quien sea que estemos, y esas personas con las que estemos también tienen el mismo deber.
¿Cuál es el problema de porque fallamos tanto en ser efectivamente la imagen de Dios? La respuesta es, que no sabemos realmente quienes somos ni el propósito de nuestras vidas, y lo que conlleva ser creación de Dios a su imagen. Si tan solo supiéramos a cabalidad el deber tan grande que tenemos sobre nuestros hombros y que un día vamos a dar cuenta a Dios de si cumplimos con ese deber y llamado, creo que el mundo sería diferente y no existiría tanto caos en todas las áreas de la vida del ser humano.
Hay dos preguntas sumamente importantes para poder profundizar en lo que es “ser creados a imagen de Dios”.

¿Cómo podemos cumplir con ser imagen de Dios, y cuáles son las responsabilidades que tenemos?
“Dios, con justicia juzgaras al mundo; con rectitud juzgaras a las naciones” (Salmo 9.8)
Así como Dios es un ser con inteligencia y moralidad, es por lo cual puede ser un juez justo a las naciones y a las personas, en Él habita el código moral por excelencia y cada decisión que toma o condena que da es totalmente justa y recta. El ser humano siendo imagen de Dios, también posee un código moral interno e inteligencia para poder dar el mejor veredicto y juicio ante una situación, claro, la inteligencia del ser humano es limitada y no se puede comparar a Dios. Sin embargo el hombre y la mujer tienen la capacidad de reflejar la personalidad de Dios por medio de sus acciones y vida diaria gracias a que Él puso inteligencia, código moral y capacidad para razonar en ellos, eso es ser creados a imagen de Dios.
Cite el ejemplo de la justicia porque es algo donde la humanidad hoy en día está demasiado lejos de reflejar a Dios, refleja algo más y no precisamente a Dios. Por otro lado:
“Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo.” (Génesis 1.28)
Así como Dios doto de inteligencia y moralidad al ser humano para poder ejercer justicia en la tierra, también le brindo esos dones para que no solo juzgara con sabiduría, sino que administrara toda la creación.
La responsabilidad más grande del ser humano es ser el representante de Dios en la tierra, en su gobierno, en su creación. Solo ese mandamiento de gobernar hace al ser humano diferente de los demás seres creados, y Dios mismo lo pone por encima de toda la creación, como dije al principio, es la cereza del pastel en la obra maestra de Dios.
El ser humano es el amo y señor de la tierra después de Dios, somos los encargados de cuidar los recursos naturales y administrarlos de la mejor manera. También somos los responsables de gobernar con cordura y verdad, esto en el ámbito político, familiar, laboral y todas las áreas de la vida que podamos imaginar.
A pesar de que somos los representantes de Dios en la tierra, la imagen de Él en nosotros, esta distorsionada a causa del pecado.

La imagen de Dios dañada a causa del pecado
“Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde la niñez” (Génesis 8.21)
Aunque todavía somos imagen de Dios, esa imagen esta opacada a causa del pecado, como lo enseña el pasaje de Génesis 8.21, tenemos nuestra mente inclinada al mal desde nuestra niñez. Desde que nacemos y somos bebes, tenemos la tendencia al mal, y conforme vamos creciendo en edad, así nuestros ojos se van abriendo al mal, deseando de corazón todo lo contrario a la voluntad de Dios, pecando diariamente y dejando ver muy poco de la imagen del Señor en nosotros.
Pero ese no es el fin, Dios es grande y misericordioso para con la humanidad y no lo deja con esa imagen distorsionada, sino que ofrece una segunda oportunidad de limpiar el espejo opaco para poder vernos a como fue el propósito divino desde el principio de la creación.  

La imagen de Dios restaurada en el ser humano
“Cristo es la imagen visible del Dios invisible” (Colosenses 1.15)
El apóstol Pablo nos enseña en la carta a los colosenses, que Jesucristo es la imagen perfecta de Dios, ya que es Dios, pero también es hombre, o sea, Jesús también adopto la imagen de ser humano para identificarse con la humanidad caída, y después de morir y resucitar, poder ofrecer el perdón de los pecados a los hombres y mujeres que reconozcan su naturaleza caída y reconozcan que su destino es el infierno.
Jesús al morir pago la deuda que el ser humano tenía con Dios por culpa del pecado, y al resucitar venció la muerte glorificando el cuerpo humano que poseía, dando la oportunidad de que las personas que se identifican con Él, y creen que puede salvarles, reciban la dadiva del perdón divino y así ser justificados delante del Padre por medio de Jesucristo. Gracias a la fe en Jesús, los seres humanos podemos ser perdonados, ser hechos nuevos y ser restaurada la imagen de Dios en nosotros. Aunque ese proceso se completa después de que nuestros cuerpos son resucitados y transformados a como lo fue el del Señor Jesús, aun así, ahora mismo podemos disfrutar en parte de esa renovación.

Conclusion
“No quiero que mueras, dice el Señor Soberano. ¡Cambia de rumbo y vive!” (Ezequiel 18.32)
Dios quiere restaurar su imagen en cada persona que ha nacido y va a nacer en esta tierra, solo debemos arrepentirnos de nuestros pecados y reconocer cuan mal estamos internamente, y la necesidad de un salvador que es Jesucristo, quien nos puede dar vida ahora mismo y después de la muerte.

En el siguiente artículo estudiaremos a los seres humanos, que estamos hechos de cuerpo y alma. No te lo pierdas, y sigue creciendo espiritualmente.

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