¿La recibo o la rechazo?
Aceptando o rechazando la revelación divina
Para
finalizar con esta serie de posts sobre “La revelación divina”, expondré lo que
enseña la Palabra de Dios con respecto a la aceptación de la revelación de Dios
o el rechazo a la misma. A manera de resumen y repaso de los tres anteriores
temas, quiero solo enfatizar en un asunto, y ese asunto es: la intención de la
revelación de Dios general y especial. Dios se ha revelado con el propósito de
que la humanidad reconozca la necesidad que tiene de Él, ya que el ser humano
sin Dios es un desastre, y lo podemos ver en el mundo actual. Por más que tratemos
de hacer un mundo mejor, va a ser imposible sin el apoyo y dependencia de Dios,
ya que la creación no puede subsistir sin el creador, y esa es una ley
estipulada desde el principio de los tiempos. Así mismo el ser humano sin Dios
está perdido, desbastado y nada productivo con valor eterno pude realizar (Juan
15.5).
La
manera en que la revelación de Dios le dice al ser humano la necesidad que
tiene de Él, es enviando al Hijo a la tierra a morir, ocupando el lugar donde
todos nosotros deberíamos estar como consecuencia de nuestros delitos y
pecados. Como Pedro lo dice en su primera carta, “Porque también Cristo murió
por los pecados una sola vez, el justo por los injustos” (1 Pedro 3.18). Y no
solo por los seres humanos, sino por la regeneración de la creación, que cada día
más va en decadencia y está sufriendo las consecuencias del pecado (Romanos
8.20).
Como
lo vimos en los anteriores posts, la creación habla de Jesucristo, que es el
creador de todo, la conciencia habla de Jesucristo, que es la solución para la
enfermedad de la humanidad y la Palabra de Dios de principio a fin habla del
Salvador, del Mesías (Apocalipsis 19.10). Todo apunta al Hijo de Dios, a Jesucristo.
De allí que el rechazo o la aceptación a la revelación de Dios, es igual que
aceptar o rechazar nuestro estado espiritual caído y muerto, más la necesidad
de un Salvador.
La condenación o no condenación del
ser humano
“No hay condenación para todo el que
cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber
creído en el único hijo de Dios.” (Juan 3.18)
El
creer en Jesús, no es solo decir que creemos o aceptamos la existencia de Dios,
no, es mucho más que eso. Su verdadero significado es poner la confianza y
obtener un compromiso con Cristo como Señor y Salvador, que traen como
consecuencia el nacimiento espiritual de nuestra alma, una nueva naturaleza
interna y una nueva vida que es visible a los ojos del mundo. Habiendo dado
esta explicación de lo que es creer en Jesucristo, puedo decir que las personas
que aceptan la revelación de Dios (el Hijo de Dios), no van a ser condenadas y
no van a recibir el castigo eterno que está preparado para todas las personas
que nunca le conocieron y murieron bajo maldición (Mateo 25.41).
Pero
tenemos la otra cara de la moneda, que son las personas que rechazan la
revelación de Dios, o sea que rechazan y no creen en Jesucristo como Señor y
Salvador, esas personas son las que por más que la creación les contaba y
gritaba de la gloria de Dios, y que por más que la conciencia les decía que
internamente algo olía mal, y que por más que les predicaron la Palabra una y
mil veces, con todo eso nunca creyeron en Jesucristo, rechazando así la única esperanza
de vida. Estas personas son las que ya están condenadas aun antes de morir.
Porque aunque no se está viviendo en el cielo o en el infierno en esta vida, es
aquí donde podemos recibir misericordia y perdón de Dios. Después de morir ya
no hay oportunidad de creer en Jesús para salvación, después de morir lo único
que sigue es una eternidad junto a Dios, o una eternidad en el infierno (Mateo
25.46). En esta tierra el ser humano es absuelto del castigo eterno en el lago
que arde con fuego y azufre, o es condenado a una eternidad en el lago que arde
con fuego y azufre.
Castigo eterno
“E irán estos al castigo eterno”
(Mateo 25.46a)
El
final esperado para las personas condenadas por Dios, o sea, que no creyeron en
Cristo Jesús para salvación, es un final con un estado eterno, no existe una
aniquilación de la persona por parte de Dios después de un cierto tiempo de
tormento y tampoco en esa eternidad de castigo eterno tendrán una segunda
oportunidad para poder arrepentirse y volverse a Dios. Anteriormente mencione
que la oportunidad de salvación es aquí en la tierra. Por estar en el infierno
no hay vuelta atrás, no van a haber más personas compartiendo la Palabra de
Dios, no va a existir naturaleza, cielo o una Biblia para poder leer y llegar
al conocimiento de Dios para salvación, lo que si va a existir es un
conocimiento de Dios pero negativo, la parte de justicia que el Señor prometió
a la humanidad a causa de la desobediencia. Esta justicia reflejada en una
condena y castigo, es descrita en la Biblia como un fuego que nunca se apagara
(Mateo 3.12), es solo de imaginarnos un incendio que no se puede apagar, y tras
de eso nosotros estar dentro de ese incendio sufriendo las quemaduras y
tortura, pero con el agregado de que no morimos, sino que el dolor sigue y
sigue a causa del fuego, sin consumirnos en cenizas. También la Biblia describe
ese castigo como un lugar donde se vive
vergüenza y confusión perpetua (Daniel 12.2), una vergüenza tan profunda
por el pecado, donde no va a ser cubierta por Dios a como lo fue a Adán y Eva
con pieles, la realidad pecaminosa del ser humano va a estar desnuda delante de
la ira de Dios, sin posibilidad de echar marcha atrás. Y una última forma de
como describe Dios el infierno y el castigo eterno, es como “un lago de fuego y azufre”, donde los
condenados son “atormentados día y noche por los siglos de los siglos”
(Apocalipsis 20.10).
El
castigo eterno no va a ser un juego de niños, las consecuencias por rechazar la
revelación de Dios, a Dios mismo, va a ser algo real, tormentoso y eterno.
Vida eterna
“Y los justos a la vida eterna” (Mateo
25.46b)
En
este apartado no voy a citar como describe la Biblia el cielo y la vida eterna
con Dios, sino, daré un énfasis en lo que no necesita el ser humano para vivir
esa eternidad con Dios y lo que sí necesita para vivirla.
1-
No necesita
realizar ni una obra para poder ser salvo: Efesios 2.9 dice referente a la
salvación que “ni es resultado de las
obras, para que nadie se vanaglorie”. La Biblia es clara en resaltar que no
podemos hacer nada para ganar el favor de Dios, y nada es nada. Ni ser “buena
persona” no tomando, no fumando, no mintiendo, dando dinero a los pobres,
ayudando a los huérfanos o viudas, nada nada nada podemos hacer para ser salvos
y obtener la vida eterna, ya que la salvación es un regalo de Dios y es dado por
gracia por medio de la fe (Efesios 2.8), y gracia significa: algo obtenido que
no se merecía.
2-
Lo que se debe
hacer es: “Mas a cuantos lo recibieron, a
los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan
1.12). La frase “a los que creen”, le
da el significado a este versículo, y es recibir a Jesucristo, creyendo y
reconociéndolo como quien es Él, Dios mismo, y así abrazar todo lo que Él
afirma ser, depositar nuestra confianza en Él, nuestra vida, nuestra salvación
y por medio de esa fe depositada en Jesús, a continuación sigue vivir en
sujeción y lealtad en todo lo que Él demanda en Su Palabra. Si decimos que
creemos en Él pero no vivimos como Él manda, en realidad no somos sus hijos y
no somos salvos. No que seamos
perfectos, pero si una entrega diaria a Dios, levantándonos cuando caemos y
odiando el pecado más y más.
Conclusión
Le
pido a Dios que estos cuatro artículos sobre la revelación divina, hayan sido
de bendición para tu vida, que hayas aprendido como Dios se muestra a la humanidad
y las consecuencias de rechazar esa revelación o aceptarla, que en últimas
instancias es rechazar o recibir al Hijo de Dios, Jesucristo, y que ese
conocimiento no quede como simple conocimiento, sino que lo puedas aplicar a la
vida, ya sea clamando a Dios por nuestra salvación si aún no somos sus hijos, o
creciendo en nuestra relación con Dios hasta que Él venga o nosotros vayamos.
La
próxima semana iniciare una nueva serie de posts si Dios quiere, que tendra un enfoque en el conocimiento de nosotros mismos como seres humanos creados. Suscríbete para que no
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Que
Dios te bendiga.
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